“El cine es un espejo de la vida misma. A veces creemos que una historia necesita ser grande y extraordinaria para ser contada cuando, en realidad, las emociones humanas más profundas están en los momentos más simples”, reflexiona Pituka Ortega Heilbron, presidenta de la junta directiva de IFF Panamá. “Este año queremos resaltar esas historias que nacen de la cotidianidad y que, a través del cine, logran conmover y transformar”.
Desde su creación hace 13 años, el IFF Panamá ha sido un espacio de encuentro donde el cine refleja la realidad de la región, y en esta edición su enfoque reafirma su misión de ser una plataforma que da voz a historias humanas, cercanas y universales. Como señala su presidenta ejecutiva: “A lo largo de estos años, nuestro festival ha contribuido a fortalecer la identidad nacional y el sentido de pertenencia de nuestro pequeño gran istmo. En resumidas cuentas, todo lo que han hecho IFF Panamá y su fundación es reflejar el espíritu de nuestra tierra”.
Pituka y Karla Quintero Taylor, directora ejecutiva de la fundación y festival IFF Panamá, han conformado una dupla de trabajo que no sólo ha logrado posicionar al IFF Panamá como uno de los más influyentes de Centroamérica, sino también desarrollar una red de exhibición que es una ventana real de la calidad del cine de la región a través del canal de IFF Panamá de Copa Airlines.
“IFF Panamá es una plataforma clave para la promoción del cine latinoamericano y caribeño, con un impacto que va más allá del festival. Iniciativas como el Canal IFF Panamá en Copa Airlines, único en la región, han permitido la difusión de películas de nuestra programación a una audiencia internacional a través del sistema de entretenimiento a bordo que supera las 400,000 visualizaciones. Además, nuestro programa de industria y sus fondos económicos impulsan el desarrollo y la materialización de proyectos regionales, fortaleciendo la industria cinematográfica y generando nuevas oportunidades para los cineastas”, señaló Quintero Taylor.
Y, tras 13 ediciones, los números avalan este sueño que comenzó por allá en 2012, con el deseo de desarrollar la industria cinematográfica panameña, pero con la incertidumbre de poder lograrlo.
Porque, como señaló Pituka Ortega Heilbron, “el mayor reto, al principio, fue que nos tomaran en serio tanto a nivel local como internacional. Cuando nació el festival, Panamá no contaba con la industria cinematográfica que tiene hoy, y existía el debate del huevo o la gallina: ¿debe surgir primero la industria o el festival? Nosotros apostamos por el festival porque sabíamos que era necesario para impulsar el desarrollo de nuestra industria. Y siempre enfrentamos otro desafío común en las industrias creativas y, especialmente, en nuestro caso como iniciativa sin fines de lucro: la sostenibilidad económica. Este desafío ha estado presente siempre, pero hoy, tras la pandemia, es aún más crítico. Que estemos no solo vivos, sino llenos de vida y bríos, es un milagro”.

Los números que respaldan al IFF Panamá
El festival está entrando en su adolescencia, dejando tras de sí una serie de números que destacan la madurez de la iniciativa. Desde sus inicios hasta hoy ha entretenido a 182,900 espectadores, tanto miembros de la industria cinematográfica como público general, que se han convertido en una fiel audiencia. Por sus alfombras, proyecciones y eventos para la industria ha recibido a 1,024 invitados nacionales e internacionales, incluyendo a Claire Denis, Shaka King, Laurie Anderson, Geraldine Chaplin, Édgar Ramírez, Arturo Ripstein, Ricardo Darín, Ruben Ostlund, Jayro Bustamante, Michel Franco, Yalitza Aparicio, Daniela Vega, John Travolta, entre otros.
Y cuando se habla del aporte real del evento, el análisis se puede hacer desde diversos puntos de vista. El primero es su aporte pedagógico a la industria en general, donde se han organizado 155 talleres, charlas y clases magistrales de todos los quehaceres cinematográficos. También podemos tomar en consideración la cantidad de películas que se proyectaron y que suman 632 en total, de todos los continentes, pero con un alto énfasis en Centroamérica y el Caribe. Por último, está el económico, y es ahí donde una evaluación efectuada por economistas en 2019 reveló que el IFF Panamá, en siete años, había aportado 14 millones de dólares a la economía panameña.
Pero lo más importante está en el desarrollo de la industria. El impacto más significativo del IFF Panamá en la industria cinematográfica de Panamá y la región ha sido su papel como plataforma de proyección internacional para el talento local y regional, al facilitar conexiones clave entre cineastas, inversionistas y distribuidores.
Como señala su directora ejecutiva, “a través de sus fondos de industria Primera Mirada y Su Mirada, que otorgan premios en metálico, ha permitido que producciones panameñas y regionales se desarrollen y se culminen, logrando representación en festivales internacionales. Además, su programa formativo con la participación de destacados directores, productores y actrices, ha brindado herramientas y conexiones profesionales al talento emergente, generando oportunidades laborales y promoviendo nuevos proyectos y alianzas. Más allá del cine, el festival impulsa el turismo y la inversión, revitaliza la imagen del país, genera empleo y fomenta la diversidad artística, cultural y urbana”.
A través del Programa de Industria, la Fundación IFF Panamá ha aportado un total de $165,000.00 en los últimos años mediante los fondos de Primera Mirada y Su Mirada. Mientras Primera Mirada es una iniciativa que apoya a cineastas de Centroamérica y el Caribe en la postproducción de sus proyectos, y que este año cuenta con una selección de cinco películas de Cuba, Guatemala, Honduras, Panamá y Puerto Rico, Su Mirada es una iniciativa que impulsa la participación femenina en la industria cinematográfica regional, al otorgar fondos en efectivo a cineastas con proyectos en desarrollo y postproducción. Su objetivo es promover una perspectiva femenina en largometrajes de diversos géneros, abordando temas como género, racismo, derechos humanos y medio ambiente. Este año, de 57 postulaciones se seleccionaron 12 proyectos en Desarrollo y 3 en Postproducción.
Tanto la presidenta de la junta directiva de la fundación como la directora ejecutiva del festival comparten el análisis de la visión del evento: “seguir construyendo sobre nuestra sólida base. Aún hay mucho por hacer. Debemos reafirmarnos como el bastión del cine centroamericano y caribeño, ocupando un lugar clave en el mapa global de festivales. Es lógico, posible y, sobre todo, nuestro deber como parte de esta tierra única, además de ampliar el impacto de IFF Panamá para que vaya más allá de la capital y que se consolide como una vitrina de prestigio para estrenos regionales. Además, fortaleceremos aún más el programa de industria, atrayendo a más profesionales internacionales y elevando su alcance global”.

Y para reforzar la idea, Karla Quintero Taylor entrega ejemplos concretos de películas que han logrado reconocimiento público gracias al trabajo que el festival y la fundación hacen. “Panquiaco, de la panameña Ana Elena Tejera, y Cocote, del dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias, ganadoras de nuestro fondo Primera Mirada, han obtenido visibilidad internacional gracias al IFF Panamá. Como parte de su premio, fueron proyectadas en el Marché du Film de Cannes, el principal mercado cinematográfico del mundo. En los primeros años del fondo, el festival organizaba estas proyecciones, acompañaba a los cineastas y facilitaba encuentros con distribuidores, agentes de ventas y programadores internacionales, impulsando así la trayectoria y distribución de sus películas.
El gran desafío: volver a conectar con la audiencia
Para nadie es un misterio que el streaming se volvió la gran competencia del cine. Estudios desarrollando proyectos de remakes o sacando películas con grandes presupuestos de marketing enfocados más en generar reproducciones online, que en la trascendencia y el impacto de la obra.
Y en eso, Pituka Ortega Heilbron es muy clara en su análisis. “El festival y su fundación celebran el auge de las plataformas de streaming que, en efecto, salvaron la industria durante la pandemia. Sin embargo, estamos en constante búsqueda de nuevas formas para guiar a los cineastas de nuestra región, ayudándolos a insertarse en este vasto y dinámico mundo audiovisual”.

“Hoy más que nunca, necesitamos cineastas profundamente inspirados y muy conectados consigo mismos. Y esos cineastas tienen que ser apoyados. Cuando uno encuentra un talento así, hay que ayudarlos, hay que sacarlos adelante, y el festival siempre ha tenido esto muy presente. Pienso que el cine de Centroamérica y el Caribe aún tiene mucho que dar”, sentenció la presidenta de la junta directiva de IFF Panamá.
Por su parte, Karla Quintero Taylor acotó que “los festivales de cine presenciales siguen teniendo un valor irremplazable. Llenar las salas es uno de nuestros principales objetivos y desafíos cada año, y diseñar estrategias de programación y marketing para mantener a nuestra audiencia fiel y atraer nuevas generaciones es un reto que me apasiona en estos dos años como directora. Aún estamos analizando los cambios en los hábitos de consumo postpandemia, pero algo es claro: los festivales ofrecen una experiencia única que ninguna plataforma puede replicar. La emoción compartida de ver una película en pantalla grande, la conexión con otros cinéfilos y la oportunidad de interactuar en vivo con directores, productores y actores, escuchando de primera mano sus anécdotas y procesos creativos, hacen que la experiencia festivalera siga siendo insustituible.

Con el festival ad portas, ambas están ultimando los detalles para que todos los asistentes puedan vivir una experiencia única, con proyecciones nacionales e internacionales de calidad, que nos recuerdan el valor narrativo que siempre nos ofrecerá el bien llamado “séptimo arte”.
Fotos: Aris Martínez | Vestimenta: Helen Breebaart | Estilismo: Claudia de Villalba | Maquillaje y peinado: Jostefany Paez | Locación: Restaurante ROMERO, Nuovo Armani Casa