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    25 años conectando culturas y viajeros

    Desde su apertura en 1999, Gamboa Rainforest Reserve ha sido sinónimo de turismo responsable. Hoy, Herman Bern Jr. repasa su historia, sus retos y su visión para el futuro.

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    Naturaleza. Visión. Experiencia.

    “Ojalá siempre cuidemos este paraíso”. Ese mensaje sigue guiándonos y nos recuerda que, sin importar cuántas renovaciones hagamos, el verdadero lujo de Gamboa siempre será su naturaleza intacta”.

    Ubicado entre la selva del Parque Nacional Soberanía y el Canal de Panamá, el Gamboa Rainforest Reserve celebra 25 años de trayectoria. Lo que comenzó como una apuesta audaz por el ecoturismo en Panamá, hoy es uno de los hoteles más emblemáticos del país, reconocido por su respeto al entorno, su conexión con las comunidades y su visión sostenible. 

    A lo largo de este cuarto de siglo, Gamboa ha evolucionado sin perder de vista su propósito original: ofrecer una experiencia auténtica en armonía con el entorno. Su arquitectura elevada protege la vida silvestre, sus programas ambientales educan y transforman, y su operación diaria busca minimizar el impacto en un ecosistema frágil, pero vital. Más que un hotel, Gamboa se ha consolidado como un símbolo del turismo responsable en Panamá.

    Herman Bern Jr., presidente de Bern Hotels & Resort, holding encargado de operar ocho hoteles entre los que se encuentra Gamboa, nos entrega su visión sobre el pasado, presente y futuro de este ícono. 

    ¿Qué significa para usted celebrar los 25 años de Gamboa?
    Es un hito que nos llena de gratitud y orgullo. Para nuestra familia significa ver un sueño consolidado, pero, sobre todo, es un tributo al equipo humano que, con entrega y pasión, hizo de Gamboa un ícono de la hospitalidad panameña y un referente de conservación y ecoturismo responsable en la región.

    ¿Cuáles fueron los mayores desafíos operativos y logísticos durante los primeros años de funcionamiento?
    Sin duda, los mayores desafíos fueron las complejidades de operar en un entorno de selva tropical y el escaso conocimiento y posicionamiento de Panamá como destino turístico en ese entonces. Desde garantizar accesos adecuados y servicios básicos sin impactar el ecosistema, hasta formar personal capacitado en un concepto de ecoturismo de lujo que era totalmente nuevo en el país. Recuerdo los viajes a ferias y visitas a agencias para presentarles a Panamá por primera vez como destino. Fue un aprendizaje constante y valioso.

    ¿Cómo ha evolucionado el perfil del visitante desde 1999 hasta hoy?
    En los primeros años predominaban los turistas tradicionales en busca de descanso y sol. Hoy, el visitante es mucho más consciente de su impacto ambiental y busca sostenibilidad real y experiencias auténticas: desde observar perezosos en su hábitat hasta conocer la cultura indígena y la historia del Canal de Panamá en un mismo viaje.

    ¿Qué elementos diferencian hoy a Gamboa de otros destinos de ecoturismo en la región?
    Gamboa ofrece la experiencia única de hospedarse en medio de un bosque lluvioso centenario con vistas al Canal de Panamá, integrando comodidad, aventura, investigación científica y cultura local en un solo lugar. Aquí, los visitantes no solo descansan: se transforman a través de su conexión directa con la naturaleza.

    25 años de historia y sostenibilidad

    Desde el principio, el proyecto fue concebido con una visión de respeto ambiental y conexión con las comunidades locales.

    Detrás de esa visión, ha estado siempre un equipo humano comprometido. Guías naturalistas, personal de mantenimiento, recepción, cocina y administración han sido clave para sostener la promesa de calidad y sostenibilidad. Más que empleados, son embajadores de una filosofía que pone al entorno y al visitante en el centro.

    Durante 25 años, su esfuerzo ha sido el alma del hotel. Su conocimiento, calidez y dedicación han hecho de Gamboa no solo un destino turístico, sino una experiencia transformadora que deja huella en quienes lo visitan.

    ¿Cuál ha sido el rol del capital humano en la consolidación del hotel como ícono de la hospitalidad panameña?
    Ha sido el corazón de Gamboa. Desde los guías naturalistas hasta el personal de limpieza, recepción y cocina, todos son embajadores de nuestra filosofía, con calidez, conocimiento profundo de la biodiversidad y orgullo por su país. Sin ellos, Gamboa sería solo un hotel más, no la experiencia transformadora que es.

    Uno de los momentos más memorables del evento de celebración del cuarto de siglo fue cuando se desenterró una cápsula de tiempo dejada bajo tierra en 1999, con mensajes que hoy más que nunca cobran gran relevancia. 

    “Gamboa no sería lo que es sin su gente, su entorno natural y el respeto con el que hemos tomado cada decisión. Esa coherencia es la que nos ha sostenido durante 25 años”. – Herman Bern Jr.

    ¿Qué emociones se vivieron al abrir la cápsula del tiempo sellada hace 25 años?
    Fue un momento profundamente emotivo y nostálgico. Muchos recordamos a colaboradores y huéspedes que dejaron sus mensajes llenos de esperanza. Hubo sorpresa y lágrimas al leer cartas de seres queridos que ya no están con nosotros y que dejaron mensajes para sus descendientes.

    ¿Qué hallazgos o mensajes destacaría de esa cápsula en relación con el presente del hotel?
    Destaco la visión clara que ya existía sobre sostenibilidad y conservación. Había cartas que decían: “Ojalá siempre cuidemos este paraíso”. Ese mensaje sigue guiándonos y nos recuerda que, sin importar cuántas renovaciones hagamos, el verdadero lujo de Gamboa siempre será su naturaleza intacta.

    Naturaleza viva en cada rincón: Gamboa Rainforest Reserve preserva la biodiversidad del Parque Nacional Soberanía con mínimo impacto ambiental y máximo respeto.

    ¿Cómo se han adaptado a los nuevos hábitos de los viajeros que hoy priorizan sostenibilidad y experiencias auténticas?
    Hemos reforzado nuestros programas de compostaje y energía limpia, eliminamos plásticos de un solo uso, creamos experiencias más inmersivas con biólogos y comunidades locales, y cada decisión de renovación se toma bajo un modelo de impacto ambiental mínimo. Sabemos que el viajero actual aprecia coherencia y propósito.

    ¿De qué manera han logrado equilibrar el desarrollo turístico con la conservación del entorno natural?
    A través de rigurosos estudios de impacto ambiental, formación constante del personal y el principio de que cualquier nuevo desarrollo debe beneficiar tanto al huésped como al ecosistema. Si un proyecto no cumple esos dos objetivos, simplemente no se ejecuta.

    ¿Cómo se involucran con las comunidades locales y qué papel juega la cultura panameña dentro de la experiencia del hotel?
    Trabajamos principalmente con las comunidades indígenas que nos rodean y compramos nuestros productos a productores locales. Ofrecemos presentaciones culturales y visitas guiadas a comunidades de manera respetuosa y educativa. Creemos que la cultura panameña es parte esencial de la experiencia; no vendemos un “hotel en la selva”, compartimos el alma de Panamá.

    La importancia del futuro

    Tras 25 años de operación, Gamboa Rainforest Reserve proyecta su futuro con la misma convicción con la que nació: evolucionar sin perder su esencia. La tendencia global hacia el bienestar, la sostenibilidad y las experiencias significativas abre una nueva etapa para el hotel, que busca integrar salud, naturaleza y cultura en una propuesta aún más integral.

    Entre los planes está el desarrollo de espacios para yoga, meditación y alimentación consciente, así como senderos interpretativos enfocados en reconexión emocional. Además, se fortalecerán las alianzas con comunidades indígenas y centros de investigación científica, ampliando el impacto del hotel más allá de la experiencia turística.

    Para Herman Bern Jr., el reto está en seguir creciendo sin comprometer el entorno. La visión a futuro es clara: consolidar a Gamboa como un modelo internacional de ecoturismo regenerativo, donde la innovación tecnológica y la autenticidad cultural convivan al servicio del planeta y sus visitantes.

    ¿Qué tipo de renovaciones se han realizado recientemente y qué impacto han tenido en la experiencia del huésped?
    Renovamos y actualizamos las habitaciones, el lobby, los restaurantes y los salones, dándoles un toque más local y auténtico, pero a la vez modernizándolos con la tecnología que buscan los viajeros, quienes desean estar siempre conectados. Además, inauguramos un nuevo restaurante, Emberá, donde trabajamos en conjunto con la comunidad para crear menús ancestrales, respetando ingredientes naturales y métodos tradicionales de cocción.

    ¿Hay algún momento o anécdota personal que recuerde con especial cariño a lo largo de estos 25 años?
    Recuerdo a una huésped que me dijo que su hijo, después de observar ranas y mariposas aquí, decidió estudiar biología. Me conmovió profundamente, porque entendí que no solo estamos ofreciendo vacaciones: estamos inspirando futuros.

    ¿Qué mensaje le gustaría dejarles a los próximos líderes del hotel que continuarán este legado?
    Que nunca olviden que nuestra razón de ser es proteger este entorno y compartirlo con orgullo y respeto. El éxito financiero siempre debe ir de la mano de la conservación y del bienestar de nuestro equipo humano.

    ¿Cómo imagina a Gamboa Rainforest Reserve dentro de 25 años más?
    Lo imagino como un centro de referencia global en ecoturismo, con instalaciones aún más sostenibles y amplias, siendo un ejemplo de conservación, investigación y conexión espiritual con la naturaleza. Y, sobre todo, lo imagino con el mismo espíritu cálido y genuino que nos ha traído hasta aquí.


    Fotos cortesía

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