Fotos cortesía SBP, SMV Y LATINEX
En el ventanal de la sala de juntas de la Superintendencia del Mercado de Valores, situada en un décimo piso, aparece el fervor de la calle 50: el sol custodia carros y peatones. El superintendente Julio Javier Justiniani se asomó por ahí hace unos días, y le fue inevitable la comparación con el misterio de la avenida durante la pandemia. “Ningún auto, ninguna persona, solo un retén”, recuerda.
Aunque todo se vea normal ahora, sostiene Justiniani que los meses de Covid fueron de “mucha creatividad” porque potenciaron la labor del regulador de valores. “El ser humano tiene la capacidad de adaptarse muy rápidamente”, de modo que la entidad trabajó en mantener el mercado y adaptarlo a las nuevas circunstancias y en evitar “una caída que condujera a una crisis económica”.
Por otra parte, el superintendente de bancos, Amauri Castillo, participaba en Miami en una conferencia de la Asociación Internacional de Banca de Florida una semana antes de atender a este medio y de la decisión de la calificadora Fitch de retirarle el grado de inversión a Panamá.
Castillo intervino en el panel “La lista gris del GAFI y sus implicaciones en la gestión de riesgos”, donde profundizó en el arduo trabajo y en el compromiso del país de aumentar las medidas de prevención y de control en el ámbito financiero.
El superintendente valora su periodo al frente del regulador bancario, de enero de 2020 a diciembre de este año, como el de una “evolución positiva” en un ciclo de “grandes aprendizajes” y de acrecentamiento del factor confianza, el cual define a la banca panameña.
Y no soslaya que al inicio de la administración Cortizo, el país fue incluido en listas de naciones no cooperantes en la lucha contra el blanqueo de capitales. “Por esto sentimos una gran satisfacción en haber salido de la lista gris del GAFI”, comenta.
Al inicio de la administración cortizo, el país fue incluido en listas de naciones no cooperantes en la lucha contra el blanqueo de capitales. “sentimos gran satisfacción por salir de la lista gris del GAFI: Castillo.
La presidenta de la Bolsa Latinoamericana de Valores (Latinex), Olga Cantillo, sentada en el renovado salón de juntas de la entidad, muy cerca de la calle 50, enumera primero los pilares económicos del país, es decir el dólar, y tener un sector financiero “internacional devenido a regional” y un liderazgo marítimo global. (Olga Cantillo preside también la Central Latinoamericana de Valores, Latinclear).
Luego, menciona las iniciativas recientes del mercado de capitales, que van desde el incremento de la seguridad de la información y su administración correspondiente, hasta darles garantías a los inversionistas en cuanto a que sus transacciones se hagan en un sistema robusto, como sucede con la compensación, la liquidación y la custodia de valores.
Sin entrar en mayores detalles, Cantillo considera que el grado de inversión y el crecimiento económico de 15, 10 y 7 por ciento en los últimos tres años “han fortalecido esas bondades nuestras” de siempre y que “nos ayudan a pesar de las adversidades”.
La entrevistada proyecta lo que sigue en el mercado de capitales, con referencias que llegan a hilvanar parte de la industria financiera. Si bien es cierto que la Bolsa apunta un promedio anual de 30 nuevos emisores, otro ritmo llevan las colocaciones: “Panamá no escapa a la realidad mundial”.
El acontecer muestra presiones económicas como resultado de conflictos y “giros políticos”, además de la tendencia al alza de las tasas de interés. “También hemos tenido temas sociales —en 2022 y en 2023—, lo que afectó nuestra economía”, aduce Cantillo, que de paso apunta a los emisores, quienes “están siendo más cautelosos, esperando una disminución de los tipos de interés”.
De hecho, la tendencia marcada en el sector bursátil según el comportamiento de otros mercados, es que “los emisores no han salido con mayores plazos”; lo que resulta habitual en un año de elecciones, como sucede en Panamá y en otros vecinos donde la palabra de moda es: Cautela.
¿Dónde estamos?
Panamá es un país altamente bancarizado, y por tal motivo en las mesas de reactivación económica varios agremiados le plantearon a Julio Justiniani la necesidad de dotar el mercado de valores de una mayor profundidad.
“Debemos ver que el mercado de capitales es realmente una alternativa de financiamiento”, reconoce el superintendente, y por ende revela que el desafío ha sido construir un mercado sin pretender pellizcar a la banca. “La idea no es traernos sus operaciones para establecer esas emisiones acá”.
Ante la sombra que proyecta un gigante como el Centro Bancario Internacional, con activos de 146.211 millones de dólares, el mercado de valores panameño busca el sol con “el desarrollo de una plataforma capaz de brindarles oportunidades [de financiamiento] a las empresas de la región, inicialmente”, dice Justiniani.
Este objetivo se empezó a labrar durante la pandemia, mediante acuerdos proferidos por el regulador, los cuales dinamizaron la industria y aumentaron su transparencia, según la ley panameña.
De los 50 acuerdos contabilizados de 2020 a 2023 —casi el doble respecto del periodo 2016-2019—, Justiniani destaca, por ejemplo, la Ventanilla de Registro Virtual de Valores, copiada ya por varias jurisdicciones de la región debido a que permite inscribir emisiones procedentes de otros países.
Y recuerda a los operadores remotos, quienes se encargan de obtener el financiamiento de inversionistas institucionales o particulares. Son novedades que explican por qué el 77 por ciento de las emisiones procede de emisores nuevos. (Las emisiones registradas de 2020 a 2023 totalizaron 19.454 millones de dólares, un 30 por ciento más en comparación con el trienio 2016-2019).
Emisiones registradas
Comparativo 2016-2019 vs 2020-2023
30%
Es el aumento de las emisiones registradas cuando se comparan los ciclos 2016-2019 y 2020-2024.
Fuente: SMV
Latinex corrobora el objetivo de posicionar el país como el hub regional de valores, sobre la base de ofrecer desde Panamá un acceso expedito a otros mercados. “Quien venga no solo tendrá [el servicio de] la banca, sino también el panorama de un mercado de valores”, complementa Cantillo.
Y es que al margen de la baja de la tendencia en la llegada de nuevos emisores a las bolsas del mundo —salvo la de Estados Unidos—, Latinex aumentó su número durante el último lustro y pasó de tener 197 en 2018 a 267 en 2023.
En dicho sentido cobran importancia la integración con otros mercados de valores, así que emisores e inversores tienen más opciones de negocios. Es el caso de un banco centroamericano cuya emisión sostenible de papeles se colocó en Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala, gracias a las corresponsalías y a los acuerdos de integración firmados por nuestro país.
Julio Justiniani menciona en este contexto de internacionalización la primera captación de un bono azul en Panamá. El instrumento pertenece a un grupo financiero regional, el cual tiene una cartera de clientes vinculados a negocios marinos.
Más emisores
Aumento de 26.22%
267
es el número de emisores registrados en la Bolsa. En 2018 eran 197.
Fuente: Latinex
“Esto va muy de la mano con la seguridad jurídica del mercado panameño”. Cuando una empresa decide emitir fuera de su país, tiene muy en cuenta el costo de su desplazamiento, y detrás de esto la legislación vigente en la plaza nueva.
Este posicionamiento internacional recibió otro espaldarazo con el enlace denominado iLink (International Link) suscrito a principios de febrero entre Euroclear Bank, ubicado en Bélgica, y Latinclear, para que las emisiones de deuda corporativa y de organismos multilaterales y de multinacionales inscritas en Latinex sean tenidas en cuenta en Europa y estén a disposición de los inversionistas internacionales.
Lo anterior se suma al enlace iniciado con Euroclear Bank en 2014, en una primera fase de internacionalización de emisiones de deuda de la República de Panamá y cuasi-gobiernos.
Estas novedades del mercado panameño de valores lo diferencian de la banca, pero también la complementan. En este contexto, Cantillo recuerda, entre varios hitos, el de tener Nasdaq como plataforma de negociación de la Bolsa desde 2018 y lograr su certificación en ISO 27001 en diciembre pasado para redoblar la seguridad en el manejo de la información. Agrega que están reemplazando el sistema de la central de custodia.
Los deberes
En relación con la salida del país de la lista gris del GAFI, Amauri Castillo subraya el refuerzo en la imagen exterior de Panamá y señala el inicio de una nueva narrativa.
“Supimos siempre que estar incluidos en cualquier lista tiene un costo en términos de atracción de inversión extranjera directa”, expresa el superintendente de bancos, que insiste en la confianza como el elemento diferenciador que explica las
cifras de desempeño “extraordinario” del Centro Bancario Internacional en 2023.
La salida de aquella lista fue celebrada por la comunidad financiera, en especial la latinoamericana, porque mantenerse ahí entorpecía la relación de la banca panameña con las corresponsalías bancarias, subía los costos de la transaccionalidad, y expuso al país a un riesgo más alto de lo habitual.
“Afortunadamente el sistema bancario panameño ha hecho sus deberes” enfatiza Castillo sobre la base de que la calificadora de riesgo Moody´s referencia la solidez de la banca panameña y elogia medidas prudenciales tomadas por el regulador para fortalecer la capacidad patrimonial de los bancos.
Pero una cosa es la banca y otra Panamá, aunque guarden una relación estrecha. Castillo sostiene que la calificación de inversión de un país está asociada a otros elementos, y resalta el manejo de las finanzas públicas. En este sentido, dice, “se hicieron esfuerzos muy importantes ante una coyuntura con una caída dramática del PIB”. A lo que siguió un crecimiento “muy destacable de la economía” hasta el año pasado.
Luego de transcurridos cuatro meses del 2024, este año se muestra más retador: un comportamiento económico más lento, con un estimado del 2,5 por ciento del PIB, la presión tras la declaratoria de inconstitucionalidad de la mina y el cambio de Gobierno.
Es un año retador: una economía más lenta, la presión por la declaratoria de inconstitucionalidad de la mina y el cambio de gobierno.
“La banca puede acompañar perfectamente la economía panameña”, anticipa el entrevistado, por lo que el desembolso de nuevos préstamos está muy asociado a la demanda calificada que tendría la banca panameña.
De parte del financiamiento crediticio, precisamente la fuente principal de recursos son los depositantes en cuya mayoría hay particulares, empresas e individuos. Marcan ellos el “crecimiento exponencial” en los últimos años, en buena medida porque proceden del exterior viendo a Panamá como una plaza para tener los activos en una moneda sólida y muy poco inmersa en el vaivén de los cambios.
El superintendente prevé, entonces, que las finanzas públicas motivan el análisis de las agencias calificadoras de riesgo, y tras las elecciones será “muy importante el mensaje que se envíe desde el punto de vista de racionalización del gasto público”.
Cuando Julio Justiniani aborda la decisión tomada por una de las calificadoras de inversión, la enmarca primero en un veredicto que se emite al país y que luego tendrá una serie de repercusiones. “Repetiré lo que todo el mundo ya sabe: habrá un encarecimiento del costo financiero y demás”, anuncia.
El superintendente de valores añade que es un reto que tiene el país en cuanto a hacer los ajustes correspondientes para recuperar su calificación de grado de inversión, pero matiza cuando recuerda que antes de esta calificación, había en Panamá emisiones y tenía un mercado. “Respecto del mercado de valores, es un tema que definitivamente evaluará todo inversionista”, vaticina.
Diciembre de 2024
Cuando termine este año incierto, es posible que Panamá tenga ya una nueva normativa bancaria orientada a evitar el riesgo sistémico; que en el mercado de valores haya salido una norma de actualización, que no es una revisión integral pero sí acerca de 40 puntos pendientes; y que la Bolsa haya afianzado sus ventajas comparativas debido a su website, donde puede obtenerse una mayor información del mercado y listarse más emisiones.
Y cuando llegue diciembre, el Gobierno entrante deberá nombrar los superintendentes de bancos, de valores y de seguros. Consultados Amauri Castillo y Julio Justiniani sobre qué tanto estarían de acuerdo en permanecer en sus cargos, el primero dice que la ley lo autoriza y que “el nuevo presidente tendrá que evaluar realmente si desea que este superintendente continúe acompañándolo, o si desea hacer algún cambio”.
Justiniani, sorprendido por la pregunta, responde: “Los candidatos tendrán sus equipos, y eso se respeta, pero no estoy enfocado en eso sino en poder entregar y presentar lo que se ha hecho para que le sirva al nuevo superintendente”.
Amauri Castillo redondea las respuestas enunciando el principio de que más allá del cambio de funcionarios, “lo fundamental es la institucionalidad: se requieren instituciones fuertes, más si se trata de instituciones técnicas”.
El nuevo presidente tiene la palabra.