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    ¿Cómo retomar la senda del crecimiento en América Latina?

    América Latina enfrenta un escenario de crecimiento limitado por problemas estructurales como la baja inversión, la desigualdad y la inestabilidad política. El Foro Económico de América Latina y el Caribe 2025 será clave para discutir soluciones que permitan dinamizar la economía y mejorar la competitividad regional.

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    América Latina enfrenta un reto histórico: ¿cómo recuperar el crecimiento económico sostenible en un mundo marcado por la incertidumbre global? Tras más de una década de desaceleración, con tasas de crecimiento por debajo del 2.5% anual, la región se encuentra atrapada en un estancamiento estructural que requiere respuestas urgentes. A finales de mes, Panamá se convertirá en el epicentro del debate económico con la celebración del Foro Económico de América Latina y el Caribe 2025. Líderes políticos, empresarios y expertos analizarán las estrategias necesarias para devolver el dinamismo a la economía regional. Sergio Díaz-Granados, presidente de CAF, sintetiza la urgencia del momento: “No podemos permitirnos otra década perdida. Este foro es el espacio idóneo para discutir soluciones concretas y aplicables a nuestra realidad”.

    Durante los últimos diez años, América Latina ha visto cómo su crecimiento pasó de un promedio del 4.5% en los años 2000 a niveles inferiores al 2.5% en la actualidad. Según el Fondo Monetario Internacional, el crecimiento proyectado para 2025 es de apenas 2.4%, una cifra insuficiente para reducir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de la población. Esta desaceleración responde a diversos factores: baja inversión, inestabilidad política, endeudamiento elevado y una estructura productiva altamente dependiente de las materias primas. “El problema central es que América Latina no ha diversificado sus fuentes de crecimiento. Seguimos dependiendo demasiado de sectores tradicionales y eso nos hace vulnerables a cualquier crisis global”, advirtió Díaz-Granados.

    Problemas estructurales que enfrenta América Latina

    La región no solo enfrenta desafíos coyunturales, sino que también arrastra una serie de problemas estructurales que limitan su capacidad de crecimiento a largo plazo. Entre estos, destacan la baja inversión en infraestructura, la persistente desigualdad social, la falta de innovación tecnológica y la inestabilidad política. De acuerdo con datos del CAF, América Latina tiene una de las tasas más bajas de inversión en infraestructura en comparación con otras regiones emergentes, lo que reduce su competitividad y su capacidad de atraer capital extranjero.

    Además, la región enfrenta múltiples vulnerabilidades en el contexto global. De acuerdo con el Instituto Elcano y Naciones Unidas, la crisis de la deuda global, los conflictos bélicos y los flujos migratorios han agravado la incertidumbre económica. A esto se suman los impactos del cambio climático, con un aumento en la frecuencia de desastres naturales que afectan la producción agrícola y las cadenas de suministro. Según datos del CAF, la transición energética es otro desafío clave que América Latina debe abordar para mantenerse competitiva en un entorno de creciente demanda de energías renovables.

     “Donde no hay confianza hay que buscar acuerdos. La confianza es el valor central de  construcción de una sociedad. Parte de lo queremos hacer con la conferencia es estimular más diálogos”. Sergio Díaz Granados, presidente ejecutivo de CAF

    Otro desafío clave es la alta informalidad laboral, que afecta a más del 50% de la población económicamente activa en algunos países. Esto no solo limita el acceso a beneficios sociales, sino que también reduce la base tributaria de los gobiernos, dificultando la implementación de políticas de desarrollo. «Si queremos transformar nuestras economías, necesitamos una estrategia integral que fomente la formalización del empleo y la capacitación de la fuerza laboral», explicó Díaz-Granados.

    En el ámbito social, los datos del CAF y CEPAL muestran que el crecimiento de la clase media se ha estancado en la última década, con un 30% de la población en situación de pobreza y un 10% en pobreza extrema. La desigualdad también persiste, con un índice de Gini que solo ha disminuido 0,02 puntos en los últimos 10 años. Este estancamiento en la movilidad social se agrava con la falta de acceso a educación de calidad. «No podemos aspirar a un crecimiento sostenible si no formamos a nuestra juventud en las habilidades que demanda la economía digital», subrayó Díaz-Granados.

    Otro factor preocupante es el envejecimiento de la población sin haber resuelto la pobreza. De acuerdo con CAF, la expectativa de vida en América Latina ha aumentado significativamente en los últimos 60 años, con una mejora de 12.7 años para los hombres y 8.3 años para las mujeres desde 1960. Sin embargo, esta longevidad no ha ido acompañada de una mejora en la equidad económica, lo que significa que muchas personas mayores siguen viviendo en condiciones precarias.

    Por otro lado, la seguridad es un tema crítico. América Latina representa un tercio de los homicidios del mundo, a pesar de ser solo el 9% de la población mundial. De las 50 ciudades más peligrosas del mundo, 43 están en la región, lo que afecta el clima de inversión y la calidad de vida de la población. «La estabilidad es clave para el crecimiento económico. No podemos atraer inversión si la seguridad sigue siendo una preocupación constante», advirtió Díaz-Granados.

    La desafección con la democracia también se ha convertido en una vulnerabilidad política significativa. Según Latinobarómetro, la confianza en la democracia ha disminuido, con un creciente porcentaje de ciudadanos que consideran que un gobierno autoritario podría ser preferible en algunas circunstancias. «El crecimiento económico sólo es sostenible si se basa en instituciones sólidas y en el respeto por la democracia. Necesitamos restaurar la confianza en nuestras estructuras de gobierno para generar un entorno propicio para la inversión y el desarrollo», enfatizó Díaz-Granados.

    Repensar el futuro a partir del diálogo desde Panamá 

    El CAF ha sido un actor clave en el financiamiento de proyectos estratégicos para la región. Con más de 50 años de trayectoria, ha canalizado recursos para infraestructura, innovación, energía sostenible y desarrollo social. La elección de Panamá como sede del foro no es casualidad. Con una ubicación estratégica, un ecosistema financiero robusto y un crecimiento económico por encima del promedio regional, el país representa un punto neurálgico para el desarrollo de nuevas estrategias de integración. “Panamá es el puente natural entre el norte y el sur del continente. Su estabilidad macroeconómica y su visión de futuro lo convierten en el epicentro ideal para esta discusión”, explicó Díaz-Granados.

    El foro destacará una serie de estrategias que podrían marcar el camino de la recuperación. Uno de los temas centrales será la integración regional. Actualmente, el comercio intra-regional representa solo el 14% del total, mientras que en Asia y Europa supera el 50%. Expandiendo la cooperación económica y los acuerdos comerciales, América Latina podría convertirse en un bloque más competitivo. “No podemos seguir actuando como economías fragmentadas. Si queremos crecer, debemos fortalecer nuestros lazos comerciales y crear cadenas de valor regionales”, sostuvo el presidente de CAF.

    Otro punto clave será la transformación digital y la economía del conocimiento. La digitalización es una de las grandes oportunidades para la región, con sectores como las fintech y el comercio electrónico en plena expansión. “La revolución digital no espera. O nos sumamos a ella o nos quedaremos rezagados”, alertó Díaz-Granados. La inversión en infraestructura sostenible también será un tema central del foro. El CAF ha destinado más de 16,500 millones de dólares en 2025 para financiar proyectos en transporte, energía y movilidad urbana. “La infraestructura no solo conecta territorios, también conecta oportunidades”, afirmó Díaz-Granados.

    El desarrollo del capital humano es otro de los pilares fundamentales para retomar la senda del crecimiento. El déficit de habilidades en la fuerza laboral es un obstáculo importante para la competitividad regional. Reformas en educación y capacitación laboral pueden aumentar la empleabilidad y mejorar la productividad. “Un trabajador bien capacitado es el activo más valioso para cualquier economía”, dijo Díaz-Granados. 

    Sin embargo, sin acceso a financiamiento, muchas de estas estrategias no podrán materializarse. América Latina debe apostar por la diversificación de fuentes de financiamiento, incluyendo bonos verdes y mayor atracción de inversión extranjera. “No podemos depender únicamente de los mercados tradicionales. Necesitamos atraer capital con visión de largo plazo”, señaló el presidente de CAF.

    Uno de los temas más esperados del foro será el papel del diálogo en la recuperación económica. La cooperación entre el sector público y privado es fundamental para garantizar estabilidad y crecimiento. Según Díaz-Granados: “La confianza es la moneda más valiosa en la economía. Sin ella, no hay inversión ni desarrollo”. En ese sentido, se explorarán mecanismos para reforzar la seguridad jurídica y crear un entorno más atractivo para el capital extranjero. “No se trata solo de crecer, sino de crecer con equidad. América Latina debe construir un modelo que genere oportunidades para todos”, afirmó.

    El foro también abordará cómo la región puede adaptarse a la transición energética y digital. El mercado de energías renovables ha crecido en un 70% en la última década en algunos países, lo que muestra una oportunidad para diversificar la matriz productiva. CAF ha identificado la eficiencia energética como un área clave de inversión. “Las energías limpias pueden ser el motor de la próxima ola de crecimiento en América Latina. Tenemos el potencial para liderar esta transformación si tomamos las decisiones correctas ahora”, enfatizó Díaz-Granados.

    Finalmente, la innovación será un pilar clave en las discusiones del foro. El ecosistema de startups en América Latina ha crecido exponencialmente, con inversiones que superaron los 20,000 millones de dólares en los últimos años. La región tiene el potencial de convertirse en un hub tecnológico si logra superar sus barreras regulatorias y fortalecer el acceso a financiamiento para emprendedores. “La tecnología no solo genera empleo, también nos permite cerrar brechas sociales. Si queremos un crecimiento inclusivo, la innovación debe estar en el centro de nuestra agenda”, explicó Díaz-Granados.

    El Foro Económico de América Latina y el Caribe 2025 se presenta como una oportunidad única para trazar el futuro de la región. La presencia de líderes políticos, económicos y empresariales de alto nivel garantizará un debate robusto sobre las estrategias necesarias para retomar la senda del crecimiento. Díaz-Granados cerró con un mensaje clave: “El futuro de América Latina no está escrito. Depende de las decisiones que tomemos hoy. Este foro es el espacio ideal para convertir el análisis en acción”.


    Fotos Cortesía

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