Oasis volvió. Y con ellos una parte nuestra que parecía perdida. La banda que definió a toda una generación regresa tras años de peleas, insultos y distancias irreparables. Nadie lo creía posible. Nadie, excepto el corazón.
No es solo un reencuentro de hermanos. Es una reconciliación con el pasado. Con esas canciones que nos enseñaron a sentir antes de entender. Que nos acompañaron en los momentos más altos y más bajos. Oasis no vuelve por nostalgia, vuelve porque nunca se fue del todo.
La gira Oasis Live ’25 contempla 41 conciertos a nivel global y podría generar más de $500 millones solo en venta de entradas.
El anuncio fue escueto. Una imagen, una fecha, y bastó para que el planeta respirara distinto. Porque no se trataba solo de música, sino de cerrar un círculo. Incluso Damon Albarn, líder de Blur y rival eterno en la era del Britpop, lo reconoció con una frase que quedará para la historia: “Ellos son los ganadores. Ellos se llevan el primer lugar. Ante semejante evidencia, estoy feliz de aceptarlo y conceder la derrota. Es su verano y que Dios los bendiga”.
No sabemos si durará. Pero hoy Oasis volvió. Y el mundo canta más fuerte. Porque hay bandas que no se disuelven nunca. Solo esperan el momento perfecto para recordarnos quiénes fuimos. Porque todavía queremos live forever.
Fotos de AFP