miércoles, noviembre 19, 2025

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    El legado azul de Sylvia Earle

    A sus 89 años, la oceanógrafa continúa explorando los océanos con la misma determinación con la que ha inspirado a protegerlos.

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    Hay quienes miden el tiempo con relojes y quienes lo miden con mareas. Sylvia Earle pertenece al segundo grupo. A lo largo de más de sesenta años de exploración, ha sido testigo de los cambios más profundos en los océanos del mundo: la desaparición de especies, el blanqueamiento de corales, la acidificación del agua. Pero también ha visto cómo la naturaleza responde cuando se le da una segunda oportunidad.

    Su voz ha trascendido la ciencia para convertirse en conciencia colectiva. Desde Mission Blue, la organización que fundó en 2009, Earle impulsa la creación de Hope Spots, zonas marinas protegidas donde la vida puede regenerarse. Hoy existen más de 150 de estos enclaves alrededor del planeta, símbolos de resistencia en un mundo que avanza con prisa, pero sin pausa, hacia la transformación climática.

    Sylvia Earle, testigo de Rolex, se reúne con voluntarios en Long Island, Seychelles, para una limpieza de playa.

    Earle es mucho más que una oceanógrafa. Es una pionera de la exploración, una narradora del mar y una de las mentes más influyentes en la defensa del océano. Sus palabras, siempre firmes, han conectado ciencia y emoción, convirtiendo la curiosidad en una forma de resistencia. Su nombre está ligado a una generación que entendió que explorar no es conquistar, sino comprender.

    En ese recorrido, Rolex la acompaña a través de Perpetual Planet, una iniciativa que promueve el conocimiento científico y la exploración responsable. No se trata de patrocinar, sino de sostener la curiosidad humana y la urgencia ambiental con la misma precisión con la que se mide el tiempo.

    Sylvia Earle enseña que cuidar el océano no es idealismo, pero sí supervivencia. Un legado azul que aún marca el rumbo del planeta.

    A los 89 años, Sylvia Earle sigue buceando, enseñando que bajo el mar hay respuestas que aún no sabemos formular. Su legado no está solo en los descubrimientos, sino en el ejemplo: el de una vida entera dedicada a escuchar el pulso del planeta, y que nos recuerda que cuidar el océano no es una opción moral: es la condición para seguir existiendo. 


    Fotos cortesía de Rolex

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