Arte, memoria y género
La exposición Musa. Perspectivas femeninas en las colecciones del MAMM y MAC Panamá, se ha consolidado como un gesto institucional de gran trascendencia en América Latina. Más que una muestra, representa un acto de justicia poética y una oportunidad de repensar las colecciones, los relatos curatoriales y los compromisos de los museos con la equidad de género. Tanto el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) como el Museo de Arte Contemporáneo de Panamá (MAC Panamá) han asumido este proyecto como una plataforma de transformación cultural, social y política.
Medellín: un punto de partida con eco social
Inaugurar Musa en Medellín en 2024 significó para el MAMM abrir un espacio de reflexión profunda. Ser el punto de partida fue un honor y una responsabilidad: la institución asumió el reto de confrontar críticamente un canon artístico marcado por narrativas masculinas, dando visibilidad a más de cincuenta creadoras cuyas obras habían sido relegadas. La respuesta del público fue tan significativa como conmovedora. La muestra generó diálogos intergeneracionales y permitió que Medellín acogiera un proyecto que interpelaba de manera directa las formas en que el arte se ha contado y exhibido históricamente.
El paso de Musa por el MAMM dejó una lección clara: a pesar de los avances recientes, la disparidad de género en las colecciones sigue siendo evidente. Este ejercicio de relectura sirvió para repensar las políticas de adquisición y exhibición, evidenciando la necesidad de narrativas más inclusivas, éticas y honestas. Reconocer a las mujeres no solo como artistas, sino como curadoras, conservadoras y guardianas de los acervos, ha sido uno de los aprendizajes más relevantes. Con Musa, el MAMM reafirma su compromiso con un futuro donde las voces femeninas ocupan un lugar central en la construcción de los relatos.
Uno de los ejes curatoriales de la muestra —la memoria política— encontró una resonancia especial en Colombia. Obras de creadoras como Clemencia Echeverri o Beatriz González dialogaron de manera poderosa con un país atravesado por conflictos sociales y políticos que aún hoy marcan su cotidianidad. Para los públicos de Medellín, este apartado fue uno de los más intensos: activó recuerdos, abrió conversaciones y mostró cómo el arte puede ser, al mismo tiempo, denuncia, espejo y herramienta de sanación.
En la misma línea, Musa rindió homenaje a quienes, desde roles menos visibles, han sostenido el patrimonio artístico. El MAMM ha implementado estrategias para reconocer a curadoras, archivistas y conservadoras mediante publicaciones, programas públicos y espacios de diálogo. Este esfuerzo busca que la labor esencial de estas mujeres no quede en la sombra, sino que se valore como parte integral del ecosistema artístico. La exposición fue, en sí misma, una plataforma para visibilizar ese trabajo vital, que en gran medida garantiza la continuidad y sostenibilidad de los acervos.
Panamá: una nueva etapa para Musa
Para el MAC Panamá, recibir a Musa es profundamente significativo. Supone insertarse en un gesto institucional que trasciende lo físico y se proyecta en lo conceptual, reforzando su misión de tender puentes y generar diálogos regionales. La exposición invita a repensar las colecciones y relatos desde una perspectiva inclusiva, diversa y justa. Con más de 80 obras de 56 artistas —entre ellas referentes internacionales como Leonora Carrington y Ana Mendieta, junto a creadoras panameñas como Sandra Eleta e Isabel de Obaldía— el museo se posiciona como un nodo vital del arte contemporáneo regional.
“Recibir Musa en Panamá es un privilegio que reafirma
nuestra misión: crear puentes, visibilizar voces y
consolidar un museo diverso, inclusivo y transformador”.
María Lucía Alemán Directora del MAC Panamá
El título de la muestra, inspirado en la obra de Minia Biabiany, resignifica la figura clásica de la musa y la conecta con la musa paradisíaca, símbolo de resiliencia y sanación en el Caribe. Para Panamá, esta metáfora enlaza con sus raíces, con la memoria de mestizajes y con la fuerza transformadora de lo femenino. La exposición reivindica a la mujer no como objeto pasivo de inspiración, sino como creadora con voz y poder propios.
El MAC Panamá, descrito como un “pequeño gran museo”, confirma con Musa su capacidad de albergar proyectos de escala internacional. La muestra refleja su crecimiento institucional y consolida su posición en la región como un espacio de relevancia y prestigio.
Con Musa, Medellín y Panamá han demostrado que el arte puede reescribir historias y abrir horizontes más inclusivos. Se trata de un proyecto que une instituciones, países y generaciones, pero, sobre todo, devuelve a las mujeres su lugar protagónico en la memoria cultural de la región.
Fotos cortesía