«PROBAR MUCHOS VINOS ME HA LLEVADO A LA CURIOSIDAD DE INTERPRETARLOS»
En el mundo del vino pocas veces es posible encontrar cosas que te sorprendan de la manera que lo hizo esta visita junto a Raül Bobet, director y enólogo de Castell d’Encús, una. pequeña bodega de historia particular. Junto a Ferrer Bobet, Castell d’Encús es el proyecto personal de Bobet, un apasionado del vino que se marcó elaborar vinos de altura de calidad, respetando siempre el medio ambiente. Y precisamente esa búsqueda casi perfeccionista los llevó a fermentar en olvidados lagares de piedra en los que habían elaborado vinos los monjes hospitalarios en el siglo XII.
El proyecto se ubica en una zona montañosa del Pallars Jussà (Pirineos de Lleida), son
terrenos rodeados de bosques de robles y encinas y de naturaleza franco calcárea, a una altitud entre 800 y 1,050 metros.
La bodega está enclavada en las ruinas de una villa románica del S XII donde los monjes de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén cultivaban sus uvas de manera empírica y producían vinos de alta calidad. Fue abandonada en el S XVIII y posteriormente pasó a manos privadas en 1855. Cuenta con 9 lagares gravitacionales (no son agujeros en zona llana, sino que disponen de tres niveles) de piedra, con una cubicación de entre las 2 y las 8 toneladas de uva despalillada.
La ventaja es asegurar las fermentaciones salvajes y una pequeña extracción de los oligoelementos de estas rocas de arenisca.