Fotos cortesía Marchesi Frescobaldi
El camino rústico de cipreses nos remonta a principios de siglo pero nos dirige hacia una de los viñedos más tradicionales y antiguos de la toscana, Frescobaldi. Nuestra cita es a las once y en el castello nos espera Georgeana, la guía que nos dará el recorrido por las tierras y bodegas que producen uno de los vinos más reconocidos de la industria.
Siglos de tradición
La familia Frescobaldi tiene una historia vinícola que se remonta al siglo XIV en la región de la Toscana. Desde sus inicios, han sido pioneros en la producción de vinos de alta calidad, desempeñando un papel fundamental en la evolución de la industria vinícola italiana. A lo largo de los siglos, la familia ha enfrentado desafíos y ha superado adversidades, consolidando su posición como una de las dinastías vinícolas más veneradas del país.
La historia de la familia Frescobaldi se remonta a la Florencia del siglo XIII, cuando comenzaron a destacar como banqueros y comerciantes. Sin embargo, fue en el siglo XIV cuando la familia dio un giro significativo hacia el mundo del vino. Su implicación en la viticultura comenzó con la adquisición de tierras en la región de Chianti, marcando el inicio de su legado.
La familia Frescobaldi no solo se destacó por la producción de vino, sino que también desempeñó un papel crucial en la promoción de la cultura del vino en Italia. Su compromiso con la calidad y la innovación los consolidó como líderes en la industria, influyendo en las prácticas vinícolas en toda la Toscana.
A lo largo de los siglos, la familia ha enfrentado desde guerras hasta cambios en el panorama político, pero ha perseverado, transmitiendo sus conocimientos y pasión por el vino de generación en generación. Este legado ha dejado una huella duradera y ha contribuido significativamente a la reputación mundial de los vinos toscanos.
La familia Frescobaldi ha mantenido una combinación única de tradición y modernidad. Si bien respetan profundamente las técnicas y prácticas vinícolas tradicionales, también han adoptado tecnologías innovadoras para mejorar la calidad y la consistencia de sus vinos, asegurando que cada botella refleje el peso y valor de la herencia vinícola.
“Las pequeñas alegrías de la vida, el placer de los sabores y el gusto; estas son las sensaciones que ofrece la Toscana y que Frescobaldi desea dedicar a aquellos que ven en el vino una cultura más allá de la vid y la uva”.
Hoy en día, la presencia de la familia Frescobaldi se extiende por varias fincas y viñedos, cada uno con su propia identidad y características distintivas. Este legado continúa influyendo en la forma en que se perciben y aprecian los vinos italianos, consolidando su posición como guardianes de la tradición vinícola en la Toscana y más allá.
En el corazón de Chianti
Los viñedos de Frescobaldi se extienden por diversas zonas de la Toscana, aprovechando la riqueza y diversidad de los suelos y climas de la región. Desde las colinas de Chianti hasta las tierras bajas de Maremma, cada viñedo aporta características únicas a las uvas. La familia Frescobaldi es conocida por su compromiso con la sostenibilidad, aplicando prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente para preservar la calidad del suelo y la biodiversidad.
Frescobaldi cultiva una amplia variedad de uvas autóctonas e internacionales, como Sangiovese, Merlot, Cabernet Sauvignon y otros. El equipo de enología de la bodega utiliza métodos tradicionales y tecnologías modernas para garantizar que cada variedad exprese su carácter único. La fermentación y el envejecimiento se llevan a cabo con precisión, buscando equilibrio en cada vino producido.
Vinos para todos los gustos
Entre la extensa gama de vinos de Frescobaldi, destaca el “Nipozzano Chianti Rufina Riserva”, un vino tinto que refleja la autenticidad de la región. Otros notables incluyen, mi favorito, el “Castelgiocondo Brunello di Montalcino” y el “Luce della Vite”, un vino de colaboración con la familia Mondavi. Cada etiqueta cuenta una historia única, capturando la esencia de la Toscana en cada sorbo.
A lo largo de los años, los vinos de Frescobaldi han recibido elogios y premios en competiciones internacionales, consolidando su reputación como productores de vinos de clase mundial. Críticos y expertos han elogiado la consistencia, la elegancia y la longevidad de sus creaciones, estableciendo a Frescobaldi como un referente en la
industria.
