viernes, enero 31, 2025

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    Catena Zapata, ¡Una Leyenda Argentina en el mundo de los vinos!

    Mendoza se está convirtiendo para muchos viajeros —especialmente para quienes disfrutamos viñedos de alta calidad— en un destino mucho más habitual, no sólo por su diversidad cultural y riqueza paisajística, sino también porque es una de las zonas más importantes del mundo en la producción de vinos.

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    Es muy curioso que un país que fue una de las economías más importantes del mundo, incluso en el que su renta per cápita fue mayor a la de Estados Unidos, pero en el que donde la evolución económica de las últimas décadas no ha sido especialmente positiva, y ha abocado al país a múltiples crisis económicas hasta convertirlo en una de las economías más vulnerables, el sector del vino argentino ha evolucionado incluso de forma contradictoria a su propio entorno, creciendo y posicionándose cada vez más como un referente mundial.

    Y quizá el tesón de familias tan arraigadas en esta zona, como por ejemplo Catena Zapata, han sido con su trabajo y dedicación baluartes imprescindibles no sólo para convertir la bodega de su mismo nombre en un ícono, sino para ser ejemplo y referente para muchos otros productores del área, incluso para ser foco y destacados embajadores de Mendoza y atraer seguramente importantes inversiones de firmas internacionales que desde hace tiempo han encontrado en Mendoza un importante polo donde desarrollar importantes inversiones vitivinícolas.

    Fue en 1902 cuando se inicia este viaje por la historia del vino, cuando el señor Nicola Catena (abuelo de Nicolás Catena Zapata) planta su primera viña de malbec en Mendoza, camino que con el tiempo se fue desarrollando hasta tener hoy día seis viñedos históricos en los cuales producen sus mejores vinos.

    Los orígenes de la bodega fueron muy diferentes a la actualidad, ya que Mendoza fue productora por muchos años de vinos a granel y no de gran calidad, primando por mucho tiempo la cantidad más que la calidad. Por dos generaciones, los “Catena”, dedicaron sus esfuerzos en esta misma línea, y no fue hasta la década de los 80 y después de la influencia californiana recibida por don Nicolás durante sus constantes visitas a Napa Valley, mientras fungía como profesor de economía en la universidad de Berkley, que se inició un camino hacia la excelencia y se dedicó al completo a buscar la mayor calidad en parcelas que de alguna forma sobrepasaba el límite conocido del cultivo de la vid.

    Las nuevas ideas visionarias de don Nicolás lo llevaron a vender la bodega que por muchos años se dedicó a elaborar vinos de mesa, y mantuvo únicamente Bodega Esmeralda, que era la bodega de vinos finos de la familia. Se ganó gratis por ello el calificativo de “loco” por parte de más de un colega, pero obviamente la historia no ha hecho más que iniciar darle la razón, ya que se convirtió en el primer exportador de vinos finos de calidad de Argentina y marcó la pauta para posicionar el país y al malbec en el mapa mundial del vino.

    Y por tal motivo, si estás planeando un viaje a Mendoza, recomiendo ampliamente no dejar de disfrutar una experiencia en la Pirámide, bodega familiar de Catena Zapata, donde nos atendieron con sumo cariño. Esta peculiar construcción que, de alguna forma por su estilo, nos pudiera desorientar por un momento, según nos explican, tiene su inspiración en un viaje familiar de Nicolás a Guatemala, y refleja en cierta forma su admiración por la pirámide del Templo del Gan Jaguar. Francamente un orgullo “centroamericano” como inspiración en una de las bodegas que hoy en día es y seguirá siendo en el futuro un emblema en la cultura del vino.

    Bonarda era la uva tinta más producida en Argentina, destinada en gran medida a vinos de mesa. Hoy cada vez más bodegas buscan otorgarle un sitio protagónico, reluciendo las grandes cualidades de estas cepas centenarias. ¡Uno de mis vinos preferidos de Mendoza!

    Este edificio inaugurado en 2001, que se encuentra entre más de 100 hectáreas de plantaciones de viñedos, ha contribuido a crear una ruta enológica digna de elogio. Su interior nos permite hacer un recorrido sensorial por la historia de la bodega y transmite una experiencia única ya que los contrastes entre el entorno, el edificio y cada uno de sus cuatro niveles conquista a cada visitante.

    Con una escalera central, a través de la que se va accediendo a diferentes estancias, se aprecia la historia de la familia y la bodega, al igual que los diferentes procesos de trabajo y de guarda que tienen para cada uno de sus caldos. Depósitos de concreto, ánforas de barro, esferas y barricas de roble son “huéspedes” eternos de la Pirámide. Durante el recorrido podrán apreciar estancias privadas donde custodian cosechas privadas de la familia y selecciones especiales que guardan con mucho cuidado.

    Dicen que no importa la cosecha, ya que este vino siempre tiene más de 100 años de antigüedad, pues representa el trayecto emprendido por la familia Catena desde 1902, en producir un malbec argentino a la altura de los mejores vinos del mundo.

    Para terminar la experiencia de la mejor manera, y acompañados de un enólogo durante todo el recorrido, llegamos al sótano donde se encuentra una gran sala de barricas alineadas perfectamente alrededor de una sala de catas en la que obviamente pudimos degustar varios de sus destacados vinos.

    En definitiva, si el arte, el diseño y el esmero se pudieran maridar, ¡lo harían a la perfección con un Catena Zapata Malbec!

    Un Homenaje al Fundador
    Nicolas Catena Zapata, un blend 95% cabernet sauvignon y 5% malbec, es uno de los referentes de la bodega, no solo por su nombre, ya que lleva tanta responsabilidad en una etiqueta, sino por el gran reto de ofrecer al mundo algo único. Por eso este vino tuvo desde el inicio un cuidado excepcional, ya que incluso su lanzamiento, que fue en el año 2001 fue realizado incluyéndolo en una cata a ciegas tanto en Europa como en Estados Unidos. Midiéndose con veteranos como Chateau Latour, Chateau Haut Brion, Caymus y Opus One, logró posicionarse en cada degustación siempre en primer o segundo lugar.

    Fotos por José Ramón Mena

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