El otro día salí a un almuerzo con otras adultas y he escuchado CUENTO ajeno del más allá. Traigan el coffee que vengo escribiéndolos. Porque mientras ellas hablaban yo ¡zasss! saqué el teléfono y los apunté para poderlos contar al detalle. Aquí va uno:
Una de ellas estaba contando que a su mamá le había dado un pequeño infarto. Y que fueron unos días difíciles, pero que ya salió del hospital y que todos estaban bien. Unas semanas más tarde fue su cumpleaños, y su esposo la despierta a las 6 a.m. con un toque en la espalda y le dice: “Sal, que tus papás están afuera en la sala”. Claramente, ella casi se muere del susto, brincó de la cama y salió a la sala. Solo para encontrarse con unos MARIACHIS que eran el regalo de cumpleaños de parte de su esposo. Ella estaba en pijama, despelucada, sin brasiere y sin acudientes a la vista. Optó por poner cara de sorprendida MAL, caminó de reversa, buscó el primer espejo para peinarse lo mejor que pudo con las manos y cruzó los brazos frente a su pecho para tapar la falta de ropa interior, mientras escuchaba la primera canción de mariachis a las 6:05 a.m. de un jueves de clases.
Claro, el hijo en uniforme de escuela se tapaba los oídos y preguntaba quiénes eran los señores que gritaban con la guitarra en la sala. El perro, que es neurodivergente, de la cantidad de estímulo que recibió mientras los mariachis cantaban se orinó por toda la sala mientras corría de un lado a otro. Y así la amiga nos dice: “La verdad no sé qué opinar del regalo. O sea, sí fue creativo, pero a mí no me gustan los mariachis y creo que prefiero la licuadora”.
Dicen que no se debe regalar electrodomésticos
en ocasiones especiales. Pero en este caso,
creo que la tostadora hubiera estado mejor.
Lo peor es que todo quedó en video. Ya que su Mr. pensó que era un regalazo digno de recuerdo eterno. Y la grabó desde la salida del cuarto, la impresión por la sorpresa, hasta la actividad completa.
La cumpleañera, al finalizar la sesión de mariachis, se bañó y se fue al salón de belleza a hacerse blower. A consentirse en el día de su cumpleaños. Resulta que cuando contó lo sucedido, las chicas del salón de belleza decidieron darle un regalo digno y zasss, se lo dieron de cortesía. Como para ir mejorando la experiencia del día de su cumpleaños pues, como diría LaMismita… a reír para no llorar.
La verdad es que por eso yo me compro mi propio regalo con el presupuesto asignado previamente . Y se lo entregó al Mr. para que me lo entregue a mí. Y así los niños más o menos entienden que siempre hay que regalar en fechas especiales. Y que a las mujeres se les atiende con detalles.
Sin embargo, comenzaré con la cantaleta de que no es necesario ser tan creativos. No vaya a ser que cuando sean adultos, casados por 20 años, se pongan creativos y les dé por regalar hámsters, caja de herramientas o certificados de regalo del cardiólogo. Y ahí sí resucito y muero de vuelta. O sea, queremos que sean así y asá pues. #Asi&Asa