En un mundo donde la percepción lo es todo, la reputación corporativa se ha convertido en un pilar fundamental para el éxito de cualquier negocio. No importa si es una multinacional consolidada o una startup emergente: lo que los clientes, empleados, inversionistas y la sociedad en general piensen sobre una empresa puede determinar su crecimiento o su fracaso.
“Muchas empresas aún confunden marca con reputación. La marca es la imagen que proyectan; la reputación es la percepción construida a lo largo del tiempo en función de las acciones y valores de la empresa. La marca es la foto; la reputación es la película. Puedes tener una gran foto, pero si la película no se sostiene con hechos y coherencia, tarde o temprano la audiencia lo notará”, sostiene Raquel Robleda, directora de Merco Panamá.
Ella es una de las voces más influyentes en el ámbito de la reputación corporativa en Panamá. Como líder en la implementación de Merco en el país, ha trabajado con múltiples empresas para medir y fortalecer su posicionamiento. Su experiencia le ha permitido observar de cerca cómo la reputación impacta directamente en la sostenibilidad de los negocios.
El Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (Merco) es una herramienta de referencia en Iberoamérica para la evaluación de la reputación empresarial. “Es el único monitor de reputación empresarial auditado por KPMG, lo que garantiza su transparencia y objetividad. Además es multisectorial y contempla una amplia base de stakeholders, incorporando múltiples fuentes de información y perspectivas para ofrecer una visión completa de la reputación empresarial”, comentó la ejecutiva.
Cuestión de Reputación
En el año 2025, la reputación corporativa enfrenta desafíos sin precedentes. La digitalización masiva, la inteligencia artificial y el crecimiento del activismo social han elevado la exigencia de transparencia y ética en los negocios. La cultura de la inmediatez ha convertido a la reputación en un factor volátil que puede cambiar en cuestión de horas con una crisis en redes sociales o una mala práctica empresarial expuesta públicamente.
¿Por qué es importante que las empresas midan su reputación?
Porque la reputación es un activo estratégico. No solo influye en la percepción de los clientes, sino también en la relación con inversionistas, socios y empleados. Una empresa con una buena reputación tiene más facilidad para atraer talento, generar confianza en el mercado y diferenciarse de su competencia. La reputación es el reflejo de cómo una empresa es percibida, y esa percepción puede tener un impacto directo en su sostenibilidad y crecimiento a largo plazo.
¿Cómo afecta la desinformación a la reputación corporativa?
Una noticia falsa o un rumor puede volverse viral antes de tener la oportunidad de responder. Por eso, las empresas deben monitorear constantemente lo que se dice de ellas en redes sociales y otros canales digitales. Además, deben tener estrategias de comunicación claras y transparentes para contrarrestar la desinformación y mantener la confianza de sus públicos clave.
¿Cuáles son los errores más comunes en la gestión de la reputación?
Uno de los errores más comunes es enfocarse únicamente en la imagen externa sin fortalecer la cultura interna. Muchas empresas creen que con una buena campaña de marketing pueden construir una reputación sólida, pero la realidad es que la reputación se construye con acciones consistentes. La falta de un plan de gestión de crisis puede agravar el problema en lugar de solucionarlo.
“En un entorno altamente competitivo y digitalizado, las compañías que integren herramientas de medición precisas podrán anticiparse a riesgos reputacionales y gestionar mejor sus relaciones con los diferentes ‘stakeholders’”.
¿Qué tendencias definirán la reputación corporativa en el futuro?
La transparencia y la sostenibilidad serán elementos clave en la reputación corporativa del futuro. Cada vez más consumidores e inversionistas exigen a las empresas compromisos reales con la ética, el medio ambiente y la responsabilidad social. También veremos un crecimiento en la importancia de la gestión de la reputación digital, donde la inteligencia artificial y el análisis de datos jugarán un papel fundamental para monitorear la percepción de las empresas en tiempo real.
¿Es posible recuperar una reputación dañada?
Sí, pero el proceso puede ser largo y difícil. La clave está en reconocer los errores, actuar con transparencia y tomar medidas concretas para corregirlos. Las empresas que logran recuperar su reputación son aquellas que demuestran un compromiso genuino con el cambio y la mejora continua. No se trata solo de pedir disculpas, sino de implementar cambios tangibles que reconstruyan la confianza con sus stakeholders.
¿Cuál es el papel de los empleados en la construcción de la reputación?
Los empleados son los embajadores más importantes de una empresa. Su experiencia y percepción interna impactan directamente en la reputación externa de la compañía. Si los empleados están motivados, bien tratados y creen en la misión de la empresa, comunicarán esa percepción de manera positiva en sus redes y comunidades. En cambio, si la cultura organizacional es deficiente, los empleados serán los primeros en exponerlo.
¿Qué consejo le daría a una pyme que quiere fortalecer su reputación?
El primer paso es definir una cultura empresarial basada en valores sólidos. Las pymes deben asegurarse de que sus acciones sean coherentes con sus principios y de que su comunicación sea auténtica. Además, deben aprovechar la cercanía con sus clientes para construir relaciones basadas en la confianza y la transparencia. No es necesario un gran presupuesto para gestionar la reputación, sino un compromiso constante con hacer las cosas bien.
En este contexto, herramientas como Merco y sus cuatro monitores: Empresas, Líderes, Responsabilidad (ESG) y Talento, serán esenciales para estructurar la toma de decisiones y definir planes estratégicos basados en información confiable. “La reputación corporativa ya no será un concepto abstracto, sino un activo medible y gestionable, fundamental para el éxito a largo plazo y la sostenibilidad de las empresas. No solo protegerán su imagen, sino que también garantizarán su relevancia en un mercado donde la confianza seguirá siendo el recurso más valioso”, concluyó Robleda.
FACEBOOK
PERDIÓ EN DOS HORAS
$130,000 millones
de su valoración tras revelarse el escándalo de Cambridge Analytica que involucró la venta de 87 millones de perfiles sin el consentimiento de los usuarios.
Fotos por Aris Martínez