Perimenopausia significa “alrededor de la menopausia”. Es una fase natural de la transición que va desde la madurez reproductiva hasta el final de la vida reproductiva. Justo en el momento en que las mujeres se sienten más productivas y sus hombros cargan más responsabilidades —trabajo, hijos, casa, padres mayores— se asoman síntomas como insomnio, olvidos, cambios de humor, ansiedad, dolores en las articulaciones y aumento de peso.
La edad promedio de la última menstruación en Latinoamérica es alrededor de los 51 años y 8 meses, y en Panamá, entre los 51 y 52 años, según la ginecobstetra Carmen Troya. Hay cierto componente hereditario, por lo que es bueno preguntar a mamá cuándo le ocurrió a ella. La perimenopausia puede empezar en la década de los 40 y para algunas en la mitad de la década de los 30.
Hablar sobre esto abre la puerta al tema del envejecimiento y a su significado en una sociedad que valora mucho la juventud. Eso hace demorar la aceptación de este cambio, cuenta la doctora y psicoterapeuta Lizzie Brostella, quien después de vivir una difícil transición empezó a investigar y ahora dicta talleres sobre el tema. Brostella ve hoy más información y a más personas dispuestas a discutirlo. Pero aún falta.
La actriz inglesa Naomi Watts, cerca de los 40 años, supo que estaba en la perimenopausia al buscar embarazarse. Sintió pánico. Quizás no sería mamá y ya vislumbraba el fin de su carrera como protagonista. Sí pudo tener dos embarazos y ha protagonizado varios éxitos más. También experimentó síntomas de perimenopausia extremos; se sintió mejor con terapia de reemplazo hormonal, pero cuando intentó hablar sobre ello con algunas conocidas, se lo evitaban. Durante la pandemia trabajó en crear una plataforma para educar sobre el tema. Watts, hoy de 55 años, tiene Stripes, una línea de belleza para mujeres después de la perimenopausia. En su simposio New Pause reúne a expertas sobre el tema.
Salma Hayek, Michelle Obama y este año Sofía Vergara son otras famosas que promueven normalizar el tema de la menopausia. Las madres de estas famosas poco les hablaron de sus síntomas. Tampoco lo hicieron las nuestras, por la misma vergüenza y juicios que van de la mano de todos los cambios hormonales femeninos; eso incluye la menstruación y el embarazo.
En un tema que atañe a las mujeres, la mitad de la población merece atención. Hoy el 20 % de la población panameña corresponde a mujeres de 40 años o más, según el último censo. Su esperanza de vida ronda ya los 80 años. Las mujeres pasan alrededor de 30 años de su vida sin menstruar.
¿Será la perimenopausia?
La perimenopausia o la transición a la menopausia es el período previo y a veces posterior a la última menstruación de una mujer. Implica una serie de cambios hormonales y físicos a medida que el cuerpo se prepara para el fin de los ciclos menstruales, explica la ginecobstetra Carmen Troya.
La perimenopausia puede dividirse en dos fases:
- Transición temprana: comienza aproximadamente 5 años antes de la última menstruación, caracterizada por irregularidades en el ciclo menstrual.
- Transición tardía: ocurre unos 3 años antes de la última menstruación, con ciclos menstruales más espaciados.
Una de las primeras señales son las alteraciones en el ciclo menstrual, explica la doctora Troya. Estas variaciones son tan distintas como son las pacientes. Unas pueden ver que sus ciclos se hacen más abundantes, menos frecuentes o hasta más dolorosos. Algunas reportan molestias durante la ovulación.
Pueden aparecer síntomas como sofocos, insomnio, sequedad vaginal, jaquecas, resequedad en los ojos. Debido a la naturaleza fluctuante de los síntomas y que a veces parecen no tener conexión, muchas mujeres los padecen y consultan a diferentes especialistas sin encontrar respuesta.
La visita a una ginecobstetra y especialistas en menopausia podría ayudar a descartar si los síntomas están relacionados con la transición a la menopausia, a través de un perfil hormonal y otros exámenes.
Para entrar en la menopausia, una mujer debe haber pasado 12 meses consecutivos sin menstruación. Si una mujer tiene 11 meses y medio sin tener su periodo y menstrua, entonces el contador se pone en cero y tendrá que volver a contar hasta tener los 12 meses sin menstruar. La menopausia puede ser espontánea (natural) o inducida (quirúrgica o química, generalmente debido a tratamientos oncológicos).
Aun en la perimenopausia es posible embarazarse. Mientras tenga su periodo y lleve una vida sexual activa es necesario utilizar métodos anticonceptivos.
Según cada caso, se puede evaluar el uso de terapias hormonales que, con la debida guía, pueden mejorar la calidad de vida. Hay opciones de uso oral y otras que se aplican de manera externa. Es importante discutir con un médico los beneficios y riesgos específicos según cada caso.
Hay quienes desdeñan el uso de tratamientos para la perimenopausia y la menopausia —sobre todo si no han vivido en carne propia sus molestias— pues argumentan que esta es una fase de la vida y debe aceptarse tal cual. Seguro esas mismas personas no rechazarían el uso de anteojos para leer si a los 40 años ya no ven de cerca.
‘Nadie me habló de la perimenopausia’
Como una montaña rusa que duró cinco años, describe Lizzie Brostella su perimenopausia. La doctora y psicoterapeuta empezó a ganar peso, sudaba a chorros, le dolían las articulaciones y su carácter apacible cambió; fácil perdía la paciencia. Cinco veces estuvo en urgencias por taquicardia. Su doctor insistía en que ella aún no estaba en la menopausia y nunca le habló de la perimenopausia. Fueron cinco años de síntomas que incluían ansiedad, para la cual le recetaron ansiolíticos.
Después de mucha investigación y consultas, supo que todo aquello sí estaba relacionado con su transición a la menopausia. Hizo cambios drásticos en su alimentación y actividad física.
Para que más personas no experimentaran la desinformación que ella vivió hace 15 años, Lizzie se propuso educar al respecto. Hoy es conocida por sus talleres que hablan sobre prevención para disminuir los riesgos de la osteoporosis, las afectaciones cardiovasculares y la pérdida cognitiva: “Las mujeres pueden disfrutar de esta nueva etapa, gustarse y tener una vida saludable y sexualmente activa. “Para ello, hay que derribar mitos”, expresa.
En el caso de la instructora de yoga Lourdes Amador, los ataques de ansiedad le dieron la alerta. Antes había experimentado cambios que pensaba eran aislados: aumento de grasa en algunas partes de su cuerpo, dolor en las articulaciones y peor calidad del sueño.
Lourdes, además de investigar, empezó a hablar de sus síntomas con las mujeres a su alrededor. Así encontró que muchas, que estaban en sus 40 años, pasaban por lo mismo y no tenían espacios para hablar de ello. Lourdes dirige El Nido, comunidad de mujeres que desde hace cuatro años organiza clases de yoga y otras actividades de bienestar. En agosto tendrán un taller con una coach especialista en hormonas.
“Como profesora de yoga, sé lo valiosa que puede ser esta herramienta. No solo por los beneficios de su práctica; también por pertenecer a una comunidad que te entiende y te sostiene. Un lugar seguro donde puedes darte cuenta de que no estás sola, de que no te estás volviendo loca. Todo eso que sientes es normal y natural. Existen herramientas para ayudarte a transitar por este proceso”.
A Lourdes Amador también le ha ayudado aceptar los cambios y escuchar más a su cuerpo para no autoexigirse. Para mantener la actividad física propone escoger actividades al gusto: “bailar, caminar por la naturaleza, nadar, pilates; en fin, hacer algo que disfrutes. No solo montarse a una caminadora y andar sin motivación”.
El miedo a envejecer: una barrera para buscar ayuda
Carolina Proaño, periodista, desarrolla un proyecto para comunicar sobre la menopausia. Guarda en su teléfono un aviso publicitario de un laboratorio clínico en Panamá que, considera, refleja una de las barreras que hay para hablar del tema. En el aviso se ofrecen exámenes para evaluar el perfil hormonal relacionado con la menopausia, pero la modelo que ilustra la promoción tiene por lo menos 65 años.
Mostrar en este tema solo a personas muy mayores impide que más mujeres se identifiquen y busquen ayuda. La menopausia y la perimenopausia no pasan de repente; es una transición, dice Proaño. Con su proyecto de salud y educación pretende dar a conocer que si las mujeres se hacen cargo desde temprano y se educan, el camino será menos complicado y hasta enriquecedor. “La vida no se acaba con la menopausia, como nos han hecho creer. Simplemente es un nuevo comienzo para otras cosas”.
La desinformación perpetúa los tabúes y estigmas sociales sobre la perimenopausia, lo que hace que las mujeres se sientan avergonzadas o reacias a hablar sobre sus experiencias. Esto puede impedir que busquen apoyo o compartan sus preocupaciones con familiares, amigos o profesionales de la salud.
Una ‘coach’ de hormonas
Ellas son las mensajeras químicas del cuerpo. Viajan a través de la sangre e intervienen en el crecimiento, metabolismo, estado de ánimo, el sueño y la reproducción. Sí, son las hormonas. Una prueba casera de embarazo, por ejemplo, mide las hormonas del embarazo en la orina.
Con la transición hacia la menopausia disminuye la función ovárica, que incluye la liberación de óvulos, así como la producción de las hormonas sexuales femeninas, estrógeno y progesterona.
Un especialista podría indicarle análisis para determinar sus niveles hormonales. Esto suele hacerse en mujeres que están en la transición a la menopausia.
“Encontrar formas de reducir el estrés, como la meditación, la terapia o simplemente reírse y disfrutar de la vida, son esenciales para mantener un equilibrio hormonal y mejorar la salud”.
Laura Boyd es una coach de salud especialista en hormonas y salud de la microbiota. Atiende a mujeres que llegan con síntomas que nunca imaginaron estar relacionados con las hormonas. En el caso de las hormonas sexuales de la mujer, estas empiezan a disminuir a partir de los 35 años.
La alimentación juega un papel crucial en el manejo de los síntomas perimenopáusicos. En una época en que han sido satanizados las grasas, las proteínas y los carbohidratos, Laura Boyd orienta a las mujeres sobre la importancia de equilibrar estos macronutrientes. Ella ve mujeres que comen apenas 1000 calorías, pero no están saludables. Las grasas son esenciales para la producción de hormonas, por lo que una dieta muy baja en grasas puede empeorar los síntomas.
Los carbohidratos refinados deben evitarse, ya que aumentan los niveles de glucosa en sangre y la insulina, lo que contribuye a la acumulación de grasa abdominal, explica. Recomienda consumir grasas saludables como aceite de oliva y frutos secos, junto a una adecuada ingesta de proteínas para mantener la masa muscular y controlar el peso.
El ejercicio también es fundamental, pero un exceso de ejercicio, especialmente cardio, puede ser contraproducente. Recomienda una combinación de ejercicios de alta intensidad y entrenamiento de fuerza, junto con estiramientos para mantener la flexibilidad. A medida que el metabolismo se ralentiza con la edad, crear y mantener músculo ayuda a optimizar el metabolismo y prevenir problemas cardiovasculares.
Encontrar formas de reducir el estrés, como la meditación, la terapia o simplemente reírse y disfrutar de la vida, son esenciales para mantener un equilibrio hormonal y mejorar la salud. Laura considera que hay un abuso con los antiácidos que no beneficia al organismo. Tampoco lo hace el uso indiscriminado de fármacos tipo Ozempic.
La depresión y la ansiedad no deben ser atendidas solamente con medicación. Piensa que debe haber un enfoque integral. Así también, recomienda el uso de vitaminas y suplementos como la vitamina D o el calcio, pero no de manera automedicada, sino bajo la guía de un profesional de la salud.
Realizar paneles hormonales y pruebas de micronutrientes puede ayudar a identificar deficiencias y tratar adecuadamente con suplementos de hierro, vitamina B12 y otros nutrientes esenciales.
Y, si hablamos sin miedo…
Sacar un abanico de la cartera o preguntar si el aire acondicionado está funcionando genera todavía ciertas miraditas condescendientes que a algunas avergüenzan. La transición a la menopausia necesita salir del cajón de los tabúes.
Hablar abiertamente de estos temas con las parejas, los colegas, los hijos y compartir experiencias también puede ayudar a desestigmatizar esta etapa de la vida e inspirar a otras mujeres a hacer lo mismo.
Recomendaciones
- Incluir un balance en la comida. Consumir con moderación proteínas e incorporar grasas saludables como aceite de oliva y frutos secos.
- Consumir vegetales y fibra. Incluir de 4 a 5 raciones de vegetales al día y considerar la fibra como un macronutriente esencial.
- Ejercicio balanceado. Incorporar actividad física, y si ya la hace, asegurarse de incluir ejercicios de fuerza y de estiramiento.
- Manejo del estrés. Practicar la meditación, terapia o actividades que reduzcan el estrés.
- Hablarlo. Normalizar el tema con la gente cercana es también una forma de generar empatía y traer a la conversación un tema que incumbe a todas las mujeres.
Fotos de Unsplash y cortesía