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    De Madrid al cielo

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    JESÚS RAMÓN PÉREZ ZAMORA

    La capital imperial y motor económico de España está otra vez de moda. Una buena gestión durante la pandemia ha permitido que el arte, ocio y cultura no cerraran sus puertas y los madrileños y millones de visitantes le están muy agradecidos.

    Como madrileño quiero que sepáis algunas cosas de mi ciudad natal, la primera es de su cielo. Tiene un color especial y unos cirros que empujan el viento y que te hipnotizan dándote un sosiego y una paz interior inigualable, tienes la impresión de que no pasa el tiempo. Esto ocurre muy a menudo, lo cual permite pasear y gozar del arte en los numerosos lugares de la ciudad, vamos a pasear juntos… de Madrid al cielo.

    Uno de mis lugares preferidos es el Matadero de Madrid, y para llegar allí lo haremos pasando por los jardines de Sabattini del palacio Real (jardines del tipo clasicistas del 1930) para llegar hasta Madrid Río, enorme enclave lúdico y cultural, paralelo al río Manzanares y hasta allí llegaremos a través de modernos y futurísticos puentes peatonales, perfectamente integrados con el proyecto de paisajismo realizado. El Matadero de Madrid, centro de Arte Contemporáneo y Espacio cultural, se visualiza con facilidad por su enorme tanque de agua, que se eleva en su entrada en la misma plaza elíptica. La sensación en su interior es sentir la fusión entre el pasado y el futuro. Como su nombre indica, el espacio fue un matadero industrial y mercado de ganado, durante las décadas centrales del siglo XX. En este momento se lleva a cabo hasta septiembre de este año, una exposición interactiva sobre Klimt.

    No os la podéis perder, yo he visto varias allí, con este carácter de video proyección y son increíbles, debido a la belleza industrial del espacio, mezclado con el arte visual de grandes artistas creando una interacción explosiva.

    Ahora del sur nos iremos al norte, siempre sin perder de vista nuestro cielo, aterrizando en el barrio de Chamberí. Allí en un antiguo depósito de agua del Canal de Isabel II, no muy conocido, se ha constituido un espacio de referencia nacional e internacional en el mundo de la fotografía y la imagen. Solo por la arquitectura merece la pena visitarlo, se denomina Sala Canal de Isabel II.

    Sala Canal de Isabel II
    FUE EL PRIMER DEPÓSITO ELEVADO DE AGUA EN MADRID
    Es una obra de carácter industrial, construida en 1911. Se destaca por su exterior en ladrillo y planta circular. Puede decirse que en este espacio si sientes tocar el cielo de Madrid.

     

    GUILLERMO SANTOMÀ

    Desde la construcción, Santomà trabaja en diferentes formatos, entre ellos diseño, arquitectura, escultura y escenografía. Utiliza mecanismos simples para alterar objetos familiares

    Por último, en el tríptico que os intento mostrar siempre en mis artículos sobre mi interés en el mundo del arte y la cultura os llevaré al centro de la ciudad, esta vez pasando a unos lugares históricos no tanto conocidos por el turismo que nos visita.
    Se trata del Museo de Cerralbo. Visto que lo tengo cerca de casa voy con mucha frecuencia, me ayuda a darme cuenta de lo que hemos sido capaces de hacer los madrileños y cómo hemos logrado mezclarlo con la modernidad que se emana en la ciudad, fuente de inspiración de su gente. Es increíble el nivel de artesanía del detalle, la gran suntuosidad y el lujo del espacio así como su arquitectura, poniendo de manifiesto la capacidad de los oficios españoles que llevaron a la capital a su periodo más álgido y que gracias a ellos hoy sigue de moda.

    El Museo alberga la antigua colección privada de obras de arte, objetos arqueológicos y demás antigüedades reunidas por Enrique de Aguilera y Gamboa (1845-1922), XVII Marqués de Cerralbo. Allí es fácil encontrar exposiciones maravillosas de moda y arte contemporáneo, como la que pude disfrutar del artista Guillermo Santomá, donde se abrazaban el arte vanguardista con colores y estructuras extravagantes, con la antigüedad del palacio. Extensas colas de amantes del arte moderno español y numerosos curiosos quedaron boquiabiertos por la combinación de estilos.

    Animo a mis lectores, a que aprovechen de este momento espléndido en el que se encuentra mi ciudad y poder así visitar y gozar de estos y otros muchos sitios, siempre haciendo pausa en aquellos lugares gastronómicos presentes en “Madriz”, así la llamamos los autóctonos. No se olviden de brindar con un buen Vermut madrileño y saborear el bocadillo de calamares y que alguien después me diga que eso no es arte…

    Portada de la revista Apartamento, con una obra de Guillermo Santomà
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