Vergara, nacido en la capital, pero criado en Penonomé, recientemente tuvo la exposición individual titulada “Sinergia”, en el centro de visitantes del Conjunto Monumental Histórico de Panamá Viejo. La muestra celebraba su recorrido hasta ahora en el arte nacional, donde sus pinturas ya tienen un lugar, y su estilo ya es reconocido y apreciado por el público. Su tema principal ha sido la naturaleza; refleja la riqueza natural de su país a través de paisajes de ensueño con árboles, ramas y flores que proyectan belleza y estados de ánimo, con raíces entrelazadas que muestran fortaleza y carácter, mientras que los colores (amarillos, lilas, rosados) evocan serenidad y balance. 

La creatividad en Brian siempre estuvo a flor de piel, según comenta: “Desde muy pequeño yo he dibujado y pintado. Hice un retrato de mi papá a los cinco años para el Día del Padre, y luego otro de mi hermana. Me daban papel y pluma o lápiz y yo me entretenía. Para mí era natural, tan natural que no lo valoraba”. Desde adolescente estudió arte en el Centro Educativo de Artes Diversificado Estelina Tejeira, hoy bajo el Ministerio de Cultura, con el profesor José Arroyo, un artista local que compartía sus conocimientos dentro y fuera de los salones de clases con sus estudiantes, e incluso los recibía en su casa y compartía proyectos con ellos para darles experiencia. 

Eso de dar su talento por sentado era porque Brian también era skater, un deporte artístico por la libertad de expresión que permite, y se le hacía más retador patinar que pintar. Su papá, un sastre de profesión, entendía la vocación creativa de su hijo, e incluso le daba retazos de tela para pintar sus primeras obras. Siempre ha contado con el apoyo de sus padres, y así lo explica: 

“La vocación artística y el hecho de ser independiente me han ayudado mucho. A muchos artistas con padres muy estructurados, con horarios de 8 a 5, se les dificulta entender a un hijo artista. ¿De qué va a trabajar? ¿De qué va a vivir? ¿Se va a morir de hambre? Mi papá dice algo: ‘Nosotros no vamos detrás de la plata’, y eso es realmente lo que él nos enseñó. No vamos detrás del dinero. Definitivamente ese no es el foco”.

Sin embargo, el dinero es necesario para producir, sobre todo muestras individuales como la que tuvo en Panamá Viejo, donde con ayuda del curador Reiner Rodríguez crearon una experiencia donde había sinergia (por eso el nombre) con la música, con la actuación y con las ruinas del entorno. Esto último se dio con dos esculturas de árboles que lograron posicionar, como un destello de color moderno, entre las piedras antiguas y los árboles monumentales del área. 

Brian Vergara ha colaborado con las galerías de arte más prestigiosas de Panamá, como Habitante, con la cual estuvo por más de una década, al igual que con Allegro Galería. Ha participado y ganado en los certámenes de arte más importantes del país, como el Concurso Nacional de Artes Visuales Roberto Lewis. Sus obras están en la Colección Narbona, la más importante de arte contemporáneo latinoamericano, y el artista reconoce que su propietario, el arquitecto Marcelo Narbona, fue una influencia positiva en su carrera al motivarlo a crecer constantemente. 

Entre sus influencias están Juan Carlos Marcos, Ignacio Esplá y Jackson Pollock. Sobre este último, explica lo siguiente: “Uno de los que más me inspiró fue Pollock, no por el estilo de su obra, sino por su por qué. Él tiraba unos colores y decía que era primavera. Era un poco meterse en su propio cuento, o creer en su propio cuento, aunque los demás no crean. Pollock decía que esas manchas eran primavera, y al final eso es pintura. No es una foto, no es la realidad. Es una pintura. Y es una expresión”. 

Actualmente, Brian vive con su esposa Elitza y sus dos hijas, Brianna y Cyan Magenta, en Altos de Cerro Azul, donde está construyendo una casa/estudio/galería para producir sus obras sin límites de espacio. Este estudio además le viene bien en esta etapa de su carrera, en la cual desea seguir produciendo más esculturas, como las que expuso en Panamá Viejo, ya que esta otra disciplina requiere de una preparación y una técnica más ambiciosas que se benefician al contar con un estudio propio. 

Sobre el arte en Panamá, opina que nuestra ventaja está en la diversidad. En sus palabras “¿qué es el arte?”. 

“Es la propuesta de algo diferente. Somos latinoamericanos. Somos Panamá. Somos un crisol. Esa es la base de nuestra cultura y de nuestro arte. De todos los países a los que he ido, eso no sucede fácil, esa interacción entre culturas; aquí sí pasa perfecto. Sí, la pollera nos simboliza, pero hay otras cosas que están sucediendo que hay que ponerles un poquito de cabeza para armarlas y que nos identifican perfectamente”. 

Aunque 25 años de carrera no se fuman en pipa, en la trayectoria de un artista profesional dos décadas de trabajo representan un punto clave en su desarrollo. Brian Vergara tiene mucho que crear todavía y está haciendo todo lo posible para hacerlo realidad.

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Fotos por www.dclickstudio.es