La historia de Longines es, en esencia, la historia del tiempo entendido con propósito. Desde su fundación en 1832 en Saint-Imier, Suiza, la marca ha construido un legado que une precisión técnica, estética refinada y una elegancia que trasciende modas. Su lema —“Elegance is an attitude”— resume una filosofía que no se lleva puesta: se habita.
Longines celebra uno de los hitos más importantes de su historia: el centenario del Spirit Zulu Time, el primer reloj de pulsera con doble huso horario que presentó la marca en 1925. Aquella pieza pionera lucía en la esfera la bandera marítima correspondiente a la letra “Z” —Zulu—, una referencia al código utilizado por aviadores y navegantes para designar la hora universal (UTC+0). Fue un símbolo de modernidad en una época en que los viajes aéreos comenzaban a conquistar el mundo, y hoy vuelve reinterpretado en una edición conmemorativa que honra ese espíritu explorador.
El nuevo Spirit Zulu Time 1925 conserva la tradición técnica y estética de Longines, pero con una actualización sutil y contemporánea. Su caja de 39 mm, el bisel rotatorio bidireccional con cap de oro rosa, los detalles inspirados en el meridiano de Greenwich y su movimiento automático certificado COSC son un tributo a la precisión suiza que distingue a la marca desde hace casi dos siglos. No se trata solo de un instrumento de tiempo, sino de una declaración de estilo: sobria, sólida y profundamente funcional.
El evento de lanzamiento de la edición conmemorativa, realizado en el museo de aviones a escala más grande de Centroamérica, fue una experiencia inmersiva que transportó a los invitados al universo de la aviación, una de las fuentes de inspiración más emblemáticas de Longines. Cada detalle evocó la época dorada de los pioneros del vuelo, hombres y mujeres que confiaron en Longines como herramienta de navegación y símbolo de precisión.
Entre los asistentes, coleccionistas, periodistas y amantes de la relojería coincidieron en que el nuevo Zulu Time es más que una reedición: es una pieza que conecta generaciones, una muestra de cómo la herencia y la innovación pueden coexistir con elegancia.
Fiel a su identidad, Longines mantiene su distancia de lo ostentoso. Su sofisticación se expresa en la pureza de las líneas, en la proporción equilibrada y en la discreción que habla sin necesidad de exhibirse. Por eso, el Spirit Zulu Time 1925 no busca imponerse, sino acompañar: al viajero, al explorador, al soñador moderno que entiende que la verdadera elegancia es una actitud ante la vida.
A cien años de aquel primer reloj con doble huso horario, Longines reafirma su lugar en la historia de la relojería suiza. Lo hace sin ruido, sin artificio, con la misma sobriedad con la que ha medido el tiempo desde 1832. Porque la elegancia, como bien dice su lema, no es una cuestión de apariencia: es una forma de vivir el tiempo con intención.
Fotos por Gustavo Carrión