miércoles, diciembre 10, 2025

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    El evento que redefine la agenda regional anual

    El lanzamiento del Foro Económico Internacional 2026 confirmó que Panamá será la sede permanente del encuentro anual de líderes latinoamericanos. CAF busca convertirlo en el espacio estratégico donde la región discuta su rumbo económico, político y productivo ante un mundo en transformación.

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    El lanzamiento de la segunda edición del foro dejó una idea central: la región finalmente tendrá un encuentro propio, estable y de alto nivel para discutir su rumbo. No un evento aislado ni una conferencia itinerante, sino una cita anual con sede permanente en Panamá, concebida para convertirse en el lugar donde se miden las tendencias, se cruzan las agendas y se toman señales sobre el futuro regional. CAF lo dijo sin rodeos: “Este foro debe convertirse en el Davos de América Latina”. Los gobiernos ya lo están llamando así.

    La apuesta es ambiciosa, pero también estratégica. La primera edición, en enero de 2025, evidenció una necesidad: América Latina carecía de un espacio que reuniera, con la misma fuerza, a jefes de Estado, empresarios, multilaterales, académicos, innovadores y voces de opinión. El debut superó expectativas: más de 2.000 asistentes presenciales, 150 líderes de 15 países y 50 sesiones que dejaron claro que el vacío existía y debía llenarse con continuidad. Con la edición 2026, CAF quiere institucionalizar ese espacio.

    Pero, más allá del entusiasmo, el foro nace en un contexto marcado por la incertidumbre global. El presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados, compartió un diagnóstico crudo: el mundo vive entre un “vaso medio lleno” y un “vaso medio vacío”, donde los indicadores financieros han mejorado, pero los niveles de confianza siguen estancados. Citó a Kristalina Georgieva: “Estamos mejor de lo que se temía, pero peor de lo que necesitamos”. Esa frase resume el clima que rodea la agenda regional.

    CAF planteó los cinco desbalances estructurales que América Latina debe enfrentar si quiere tener presencia global: un crecimiento económico históricamente bajo; la caída de la inversión y de la productividad; una informalidad que llega al 80 % en algunos países; una pérdida de confianza en la democracia, y la presión simultánea de las transiciones energética, digital y demográfica. No es una lista retórica. Es la hoja de ruta que marcará los debates del foro y la razón por la cual este encuentro necesita instalarse como un ejercicio de largo aliento.

    ​​El lanzamiento oficial del Foro Económico 2026 reunió a autoridades, diplomáticos y CAF para presentar la agenda y el papel de Panamá como sede permanente del encuentro regional.

    Cuatro días de agenda

    La edición 2026 también amplía su alcance, pues el encuentro ya no durará dos días, sino cuatro. Todo comienza el 27 de enero con el Festival CAF: Voces por nuestra región, un espacio dedicado a la cultura, la creatividad, las narrativas y los saberes ancestrales como parte integral del desarrollo. Los días 28 y 29 se concentrará el Foro Económico: sesiones plenarias, paneles simultáneos, conversaciones cerradas y discusiones sectoriales sobre comercio, conectividad, energía, IA, infraestructura, turismo, integración y nuevas rutas de inversión.

    El cierre del 29 y 30 de enero confirmará la intención de pasar del discurso a la acción: la Rueda de Negocios América Latina y el Caribe, una plataforma diseñada para generar resultados concretos. Allí, 150 compradores internacionales —de América, Europa y Asia— se reunirán con 300 a 350 exportadores latinoamericanos en más de 4.000 citas, uno a uno. Sectores como agroalimentos, manufacturas, servicios tecnológicos, textiles, químicos y ciencias de la vida serán protagonistas. CAF lo describe como un mecanismo para hacer en 36 horas lo que normalmente toma semanas de viajes y prospección.

    En esta edición, el nivel de invitados también crece. Están confirmados José Raúl Mulino, presidente de Panamá; Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, quien abrirá el foro junto con Mulino, y Daniel Noboa, presidente de Ecuador. Participarán además el físico teórico Michio Kaku; el economista Ricardo Hausmann; el exministro chileno Felipe Larraín; Susan Segal, de AS/COA; e Isabella Luksic, de la Fundación Luksic. Más líderes se sumarán en las próximas semanas.

    La elección de Panamá como sede fija no es sólo logística. Su conectividad aérea, su centro de convenciones y su ecosistema logístico importan. Pero la dimensión simbólica pesa tanto como la infraestructura. CAF recordó que hace 200 años, Bolívar imaginó a Panamá como el sitio ideal para discutir los “más altos intereses de la región”. Ese espíritu, según Díaz-Granados, sigue vigente. De hecho, la Estrategia País CAF Panamá 2025–2029 refuerza esa visión: 3.500 millones de dólares de financiamiento, un nuevo hub regional de CAF y una agenda conjunta para convertir al país en un punto de coordinación para ministros, organismos y gobiernos de la región.

    El Gobierno panameño también utiliza el foro como pieza de su propia narrativa: la idea de un “segundo shock económico positivo” para el país, comparable al que generó la modernización del Canal. La convicción es que la estabilidad, la inversión, la transición energética, la digitalización y la apertura empresarial serán pilares para un crecimiento sostenido hacia 2029.

    Panamá abre las puertas. CAF pone la estructura. Y la región llega con preguntas urgentes. La verdadera medida del foro no será el brillo de los paneles, sino su capacidad de traducir conversaciones en claridad, alianzas y decisiones que perduren más allá de enero. 


    Fotos cortesía

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